A fines de los años '80 aún se vivían capítulos de la guerra fría, con el peligro siempre latente de una guerra nuclear que haría inútiles los esfuerzos por proyectar y construir un futuro mejor.
Conscientes de la importancia de promover la paz de diferentes formas y, a la vez, respondiendo a una necesidad surgida de la creciente actividad de los Vecinos Sensibles de Palermo, que requerían de espacios de encuentro y reunión, decidimos crear en la plazoleta de Charcas, entre Bulnes y Guise, un lugar que favoreciera esas rondas de conversación y, a la vez, portar un mensaje pacifista.
Así nació el banco de la Paloma, que llevó a que se le pusiera de nombre a esa parte del boulevard 'la plazoleta de Los Vecinos Sensibles'. Muchos fines de semana trabajando en el sitio, gestionando adoquines y farolas en poder de la municipalidad, donaciones de materiales -incluyendo las baldosas de Saponara- , además de un conjunto de esculturas premiadas... nos permitieron crear El Paseo del Encuentro, con esa enorme paloma picassiana. En su pico podían reunirse 4 ó 5 personas; en su cola, 10 ó 12 y tomando también las alas desplegadas, más de 40 personas podían encontrase allí para cambiar el mundo.
A continuación, algunas referencias de lo que fue esa construcción y el uso que se le dió.













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